‘La Casa de Los Gemelos 2’ se ha visto sacudida en las últimas horas por un episodio de violencia que ha obligado a la organización a tomar medidas drásticas. Daniel y Carlos, responsables de ‘Zona Gemelos’, han comunicado la expulsión disciplinaria inmediata de José Labrador, cuyos actos han sido calificados por la dirección no como parte del espectáculo, sino como una muestra de «actitud completamente homófoba» y transfóbica. Y es que, lo que comenzó como la entrada de una nueva participante, Cherilyn, derivó en una agresión física durante la cena que ha cruzado todos los límites permitidos por el formato.
Crónica de una hostilidad anunciada
El conflicto se gestó desde el minuto uno. Según relata el entorno de la producción, la llegada de Cherilyn, artista drag queen, despertó una reacción adversa en el valenciano que no pasó desapercibida. Al parecer, poco después de que la concursante cruzara la puerta, Labrador comenzó a verter comentarios despectivos sobre su identidad de género, comparándola negativamente con otras compañeras. Testigos aseguran que el ya expulsado afirmó: «Este que no se pase que no es una tía, te lo digo ya, que este no es como La Marrash que parece más mujer, este es un zamarro».
“Este que no se pase que no es una tía, este no es la Marrash ni la otra (Nissy) que son mujeres o parecen más mujeres”
— 📺🧐 (@rocarrqueen) December 15, 2025
ESTO ES ODIO y su imagen ha quedado por los suelos. #LaCasaDeLosGemelos2D7 pic.twitter.com/4PJvPmBUxO
Esta tensión verbal, lejos de ser una estrategia de juego, fue escalando hasta el momento de la cena. Fue entonces cuando Cherilyn recriminó a Labrador que estuviera silbando el ‘Cara al sol’, mostrándole su incomodidad ante la melodía. La respuesta de Labrador fue instantánea y violenta: cogió el plato de comida que tenía enfrente y se lo estampó en la cara a su compañera. Acto seguido, se levantó y le arrancó la peluca de la cabeza, intentando continuar con la agresión. Falete, presente en la mesa, tuvo que salir corriendo para contener físicamente a Labrador, impidiendo que el ataque fuera a mayores, mientras Cherilyn abandonaba la escena calificando el hecho de propio de un «maltratador».
Los Gemelos sentencian: «Había un odio real»
Tras los hechos, los creadores del formato han sido tajantes. En una declaración pública, han querido diferenciar este suceso de las disputas habituales del programa. Hasta el momento, peleas célebres como las de Falete y Marrash se consideraban cómicas y parte del show, ya que, según explican, luego «se tumban en la cama juntas, se duermen y se abrazan», demostrando que no existe rencor. Sin embargo, con Labrador la situación fue radicalmente opuesta.
Los responsables aseguran que Labrador mostró una «actitud completamente transfoba» y que se le notaba «muy incómodo, intranquilo» desde la llegada de la nueva inquilina. «Se notaba que había un odio de verdad», afirman los Gemelos, recalcando que tras analizar las imágenes concluyeron que «no es que estuviera actuando, es que de verdad sentía un odio real hacia una persona por la identidad que tiene».
Indignación ante la respuesta del público
Por otro lado, la polémica ha trascendido a las redes sociales, generando un profundo malestar en la organización. Al revisar la repercusión del altercado en plataformas como YouTube, los directores se encontraron con numerosos comentarios vitoreando la agresión con frases como «grande Labrador» o «ánimo Labrador».
Esta reacción ha provocado un estallido de los responsables, quienes han cargado duramente contra estos espectadores. «¿Tú eres subnormal o en qué puto mundo te crees que vivimos?», han llegado a expresar visiblemente alterados, cuestionando a la audiencia si no se dan cuenta de que, aunque sea un reality, «eso no se puede aceptar». Han lamentado que haya gente que «sigue en el siglo XV» justificando la violencia por cuestiones de identidad.
Decisión irrevocable
Sea como sea, la dirección ha dejado claro que su prioridad es hacer un reality caracterizado por el entretenimiento y «no por el odio de X personas». La expulsión de Labrador es definitiva y va acompañada de un veto moral por parte de los creadores, quienes han sentenciado que «no quieren compartir espacio nunca más con él». Con esta medida, el programa intenta cerrar uno de sus capítulos más oscuros, confirmando su política de tolerancia cero ante la homofobia.
