La periodista Almudena Ariza ha concluido su asignación como corresponsal de Radio Televisión Española (RTVE) en Jerusalén, una etapa de casi dos años definida por la intensidad de los acontecimientos en la región. La corporación pública ha dispuesto su traslado a Bogotá, desde donde se encargará de la cobertura informativa de Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y Panamá. Este cambio se produce en el marco de una reorganización más amplia de la red de corresponsales del ente público.
Ariza comunicó el fin de su labor en Oriente Medio y su próximo destino a través de sus perfiles en redes sociales. En su mensaje, describió su tiempo en Jerusalén como un período de «trabajo profundo, de historias duras, complejas y necesarias». Su llegada a la nueva corresponsalía en Colombia fue acogida por sus compañeros, un recibimiento que la propia periodista describió con aprecio. A pesar del cambio geográfico, Ariza afirmó su intención de no desvincularse informativamente de la situación en la Franja de Gaza.
En sus palabras de despedida, calificó de «atroz» e «inhumano» lo que sucede en el enclave palestino, donde, según sus observaciones, la población perece no solo por los bombardeos, sino también por el hambre. «Ocurre ante los ojos del mundo», declaró. En este sentido, anunció su determinación de continuar informando sobre estos hechos desde su nueva posición, compartiendo testimonios y material audiovisual que sigue recibiendo. «Porque informar también es resistir», sentenció.
Como parte de este compromiso continuado, la periodista adelantó el próximo lanzamiento de un pódcast en septiembre centrado en Gaza. El proyecto buscará ofrecer contexto y perspectiva sobre el conflicto, abordando tanto la dureza de la situación como la labor de las personas que prestan ayuda en el terreno.
Una trayectoria profesional consolidada
Almudena Ariza cuenta con una carrera periodística de más de cuatro décadas, iniciada en la radio antes de su incorporación a TVE en 1989. Durante su tiempo en el ente público, ha desempeñado funciones de presentadora y reportera en diversos programas. Su faceta más reconocida es la de corresponsal y enviada especial del área de Internacional, que la ha llevado a cubrir algunos de los acontecimientos más significativos de las últimas décadas.
Su labor la ha situado en escenarios como los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, las guerras de Afganistán e Irak, y desastres naturales como los terremotos de Turquía y Haití o el tsunami en el sudeste asiático. Ha sido corresponsal titular en Pekín, Nueva York y París, antes de asumir el puesto en Jerusalén. Su trabajo le ha permitido informar desde lugares de acceso restringido, como Corea del Norte o la zona de exclusión de Fukushima.
Reestructuración en la red de corresponsales de RTVE
El traslado de Almudena Ariza forma parte de una serie de ajustes en las corresponsalías de RTVE para la próxima temporada. Beatriz Viaño, quien ocupaba el puesto en Bogotá, regresa a España tras más de seis años en Colombia. También vuelve al país Belén Lorente, hasta ahora corresponsal en Portugal.
Mientras tanto, otros corresponsales mantienen sus puestos, como Cristina Olea en Washington y Diego Arizpeleta en Londres. La corresponsalía de Jerusalén será ocupada temporalmente durante el mes de agosto por Usoa Zubiria, quien ya había estado al frente de esta delegación antes de la llegada de Ariza. Quedan por asignar las corresponsalías de Nueva York y Portugal.
La función del periodismo en zonas de conflicto
Durante su estancia en Jerusalén, el trabajo de Ariza fue objeto de debate público. El consultor de comunicación Joan María Piqué cuestionó en redes sociales el enfoque de la periodista, aludiendo a un supuesto «activismo» en sus crónicas sobre el conflicto. Piqué interpeló directamente a Ariza, argumentando que un corresponsal de un medio público debe mantener una apariencia de ecuanimidad.
En respuesta, la periodista defendió su labor desde la perspectiva de la ética profesional. Sostuvo que no es posible ser neutral ante el sufrimiento de la población civil y que informar sobre posibles crímenes y violaciones de derechos humanos constituye una obligación deontológica, no una toma de partido. «Yo voy a seguir haciendo mi trabajo: informar con rigor», afirmó en aquel momento. La dirección de RTVE respaldó públicamente a su corresponsal frente a estas críticas. Su mensaje de despedida reitera su concepción del periodismo como un servicio comprometido con el relato de los hechos, especialmente en contextos de alta complejidad y sufrimiento humano.
