La controversia pública que involucra a Kiko Jiménez y al entorno familiar de su pareja, Sofía Suescun, ha experimentado un giro significativo con la irrupción de una nueva voz: la de su madre, Carmina. Hasta ahora una figura ajena al debate, su decisión de participar activamente ha modificado la dinámica del enfrentamiento. A través de una intervención televisiva en el programa Tarde AR, Carmina ha presentado una defensa vehemente de su hijo, al tiempo que ha formulado acusaciones directas contra Cristian Suescun y Maite Galdeano, hermano y madre de su nuera, respectivamente.
Su aparición no solo añade un nuevo participante al intercambio de declaraciones, sino que también provoca reacciones inmediatas y endurece las posturas de las partes implicadas.
La defensa pública de un hijo
El núcleo de la intervención de Carmina fue la defensa incondicional de Kiko Jiménez frente a las descalificaciones que había recibido días antes. Rechazó de plano cualquier responsabilidad de su hijo en el conflicto familiar ajeno. «Mi hijo no tiene culpa de nada», aseveró durante su conexión con el programa.
En sus declaraciones, Carmina contrapuso su propia conducta con la que atribuye a los demás protagonistas del altercado, afirmando: «Yo vivo de mi trabajo, no vivo de vender a mi hijo y a mi nuera… Ni a mi familia. Eso es asqueroso». Con estas palabras, estableció un marco moral desde el cual juzgar los acontecimientos, presentándose como una persona que se mantiene al margen de las polémicas mediáticas por principios.
Acusaciones directas al entorno de Sofía Suescun
Más allá de la defensa, Carmina formuló su propia hipótesis sobre el origen de la disputa. Atribuyó las acciones de Cristian Suescun a un móvil puramente económico. «Cristian quiere dinero fácil, los ha vendido bien», sentenció, calificando las afirmaciones previas de Suescun como «muy fuertes».
Asimismo, señaló directamente a Maite Galdeano como posible instigadora de la situación. Puso el foco en la reciente y sorpresiva reconciliación entre Maite y su hijo Cristian, quienes habían mantenido un notorio distanciamiento. Según Carmina, esta nueva alianza es estratégica y tiene como objetivo perjudicar a su hijo y a Sofía Suescun. «Ahora de repente Cristian se lleva bien con Maite. Le ha comido el coco y le ha dicho ‘venga, vamos a por ellos'», expuso, ofreciendo una narrativa alternativa a los hechos.
Las reacciones a las palabras de Carmina
La entrada en escena de Carmina tuvo consecuencias inmediatas. La más destacada fue la réplica de Maite Galdeano, quien respondió en un tono de elevada indignación a las palabras de la madre de su yerno. «¿Cómo no se le cae la cara de vergüenza, por favor?», exclamó Galdeano.
La intervención de Carmina actuó como catalizador para que Maite Galdeano intensificara sus críticas, dirigiéndolas no solo a Kiko Jiménez, sino también a su madre. «¿Y tú qué clase de padre tienes? Habla de tu padre, ¿a mí me vas a enseñar, chaval? No te tengo ningún miedo», expresó Galdeano en referencia a Jiménez, para luego añadir sobre la situación general: «Esto es de traca, de manual». Sus afirmaciones posteriores, en las que aludía a necesitar ayuda psicológica, ilustran el nivel de tensión alcanzado tras la participación de Carmina.
El contexto previo a su intervención
La decisión de Carmina de hablar públicamente se produce como respuesta a una serie de acontecimientos previos. El conflicto se había iniciado con las declaraciones de Cristian Suescun, quien acusó a Kiko Jiménez en televisión de ser un «montajista» y una persona «perversa» que manipulaba a su hermana Sofía. Maite Galdeano apoyó estas afirmaciones, asegurando que Jiménez «destroza familias».
Fue este escenario, con su hijo como blanco de graves descalificaciones por parte de dos miembros de su familia política, el que motivó a Carmina a abandonar su posición discreta y exponer su versión de los hechos. Su intervención redefine su papel, pasando de ser una espectadora silenciosa a una defensora activa y una parte central del relato mediático.
