Guillermo Díaz, mundialmente conocido como Willyrex, ha presentado un nuevo proyecto empresarial: una aplicación basada en inteligencia artificial (IA) diseñada para crear miniaturas de vídeo. El anuncio, lejos de ser recibido como una simple innovación, ha abierto una caja de pandora, situando al creador en el epicentro de una discusión sobre el papel de la IA en los procesos creativos y el valor del trabajo humano.
El origen de la controversia: KiThumbs entra en escena
El proyecto, bautizado como KiThumbs, fue anunciado por Willyrex a través de sus redes sociales. En su mensaje, el youtuber presentaba la herramienta como una solución para los creadores de contenido más pequeños o para aquellos sin los recursos para contratar a profesionales del diseño. «Si no eres MrBeast o un youtuber grande que pueda pagar a un miniaturero, te va a tocar echarle decenas de horas a cualquier programa de edición», explicaba en su cuenta de X (anteriormente Twitter). La promesa era clara: crear «miniaturas en minutos por unos céntimos y sin ser un experto con el photoshop».
Según el propio Willyrex, la aplicación es el resultado de más de seis meses de desarrollo. Su objetivo, tal y como se plantea en el anuncio, es democratizar una de las partes más cruciales del éxito en YouTube, permitiendo a cualquier usuario generar imágenes atractivas para sus vídeos de forma rápida y asequible.
Un eco del pasado reciente: el caso de MrBeast
El lanzamiento de KiThumbs no ocurre en el vacío. Apenas unas semanas antes, Jimmy Donaldson, «MrBeast», el youtuber con más suscriptores del planeta, se enfrentó a una situación muy parecida. Donaldson lanzó una herramienta de IA con un propósito idéntico: la creación de miniaturas. La reacción de la comunidad fue inmediata y contundente. Diseñadores, ilustradores y otros creadores de contenido expresaron su descontento, argumentando que este tipo de aplicaciones devalúan el trabajo de los artistas y profesionales del sector.
La presión fue tal que MrBeast, en un gesto de rectificación, retiró la herramienta del mercado apenas cinco días después de su lanzamiento. «Me importa más de lo que cualquiera de ustedes pueda imaginar la comunidad de YouTube», declaró, asumiendo su responsabilidad como figura prominente de la plataforma. Este episodio sentó un precedente inmediato sobre la sensibilidad que rodea la implementación de la IA en campos tradicionalmente humanos. Willyrex, sin embargo, ha optado por un camino diferente, manteniendo su proyecto activo a pesar de las críticas.
La reacción de la comunidad: críticas y acusaciones
La respuesta al anuncio de Willyrex ha sido polarizada, pero con un volumen de críticas considerable. Rápidamente, las redes sociales se llenaron de comentarios que mostraban una profunda decepción. Un usuario en X expresó: «Willyrex, sin preámbulos: eres un malnacido. No tuviste bastante con estafar a niños de 13 años con NFT ahora pretendes acabar con los pocos diseñadores a los que ya estafáis los youtubers pagando 2 monedas». Este tipo de comentarios vincula la controversia actual con polémicas pasadas del youtuber relacionadas con los NFTs, activos digitales que promocionó en su momento y que fueron objeto de especulación.
En marzo de 2021, Willyrex se convirtió en el primer youtuber español en lanzar su propia colección de NFTs en colaboración con el artista gráfico Zigor. La colección constaba de 250 piezas con precios que iban desde 1 euro hasta los 2.000 euros. Posteriormente, subastó una imagen de su perfil de Twitter convertida en NFT, que fue vendida por 15.000 dólares.
La iniciativa generó una fuerte controversia desde su anuncio. Recibió respuestas mayormente negativas en sus redes sociales de parte de sus seguidores y otros influencers, fue acusado de intentar estafar a sus seguidores y recibía burlas en forma de memes, volviéndose tendencia en Twitter por la controversia. Los críticos argumentaban que el youtuber aprovechaba su influencia sobre una audiencia joven para promocionar activos especulativos de alto riesgo.
El debate se intensificó cuando en 2022, la burbuja especulativa de los NFTs explotó y el valor de muchos de estos activos se desplomó. El propio Willyrex llegó a comprar uno de sus propios NFTs más de dos meses después del lanzamiento, pagando 200 veces el precio inicial debido a la especulación. Pese a la caída generalizada del mercado, el youtuber defendió a muerte todo lo relacionado con los tokens no fungibles, lo que le valió una lluvia de críticas y acusaciones de estafa.
La polémica de los NFTs había quedado como un antecedente que ahora resurge con el lanzamiento de KiThumbs, donde usuarios y profesionales del sector digital ven un patrón similar: el aprovechamiento de nuevas tecnologías que podrían perjudicar a trabajadores del sector creativo.
Otros comentarios, recogidos por Marca, se centraron precisamente en esa queja: «¿Para qué pagarle a un miniaturero, diseñador, ilustrador o aprender a usar Photoshop (…) cuándo puedes pagarle a Willyrex y sus socios (…) para usar una herramienta de IA que te hará la cosa más genérica y mundana de todas?». La conversación gira en torno a si estas herramientas realmente «ayudan» o si, por el contrario, contribuyen a una precarización del trabajo creativo y a una homogeneización del contenido.
El modelo de negocio y el funcionamiento de KiThumbs
Profundizando en la herramienta, su modelo de negocio presenta particularidades que también han sido objeto de análisis. KiThumbs opera bajo un sistema de suscripción mensual que, en su plan básico, ronda los 14 euros. Sin embargo, este pago no otorga un uso ilimitado. Los usuarios reciben 75 créditos, y cada vez que generan una imagen o solicitan una modificación a la IA, consumen parte de esos créditos.
Según se ha podido observar en pruebas realizadas por otros creadores, los créditos pueden agotarse con rapidez, ya que perfeccionar una miniatura mediante IA suele requerir múltiples intentos y ajustes. Para obtener más créditos, los usuarios deben optar por planes de suscripción más caros, que pueden llegar hasta los 60 euros al mes. Este sistema de microtransacciones dentro de una suscripción ha sido calificado por algunos como una práctica que podría resultar engañosa, bajo la percepción de que «huele un poquillo a estafa».
El debate de fondo: IA frente a la creatividad humana en YouTube
El caso KiThumbs es un reflejo de una transformación mucho mayor. En la arquitectura de YouTube, la miniatura es la puerta de entrada, el principal reclamo visual que compite por la atención del espectador. Una buena miniatura puede disparar el porcentaje de clics (CTR) de un vídeo, un dato que el algoritmo de la plataforma tiene muy en cuenta para recomendarlo. No obstante, el éxito final depende de la calidad y la retención del contenido en sí; una miniatura excelente no puede salvar un vídeo que no logra mantener el interés del público.
La principal preocupación que suscita KiThumbs es la potencial estandarización visual. Si miles de creadores utilizan la misma herramienta, se corre el riesgo de que las miniaturas pierdan su carácter único y distintivo, ese «sello personal» que ayuda a construir una marca. El estilo de un creador, como se menciona en el vídeo analizado, a menudo es reconocible, ya sea por el uso de «caras deformes», «lágrimas» o cualquier otro elemento recurrente. La IA, en su estado actual, tiende a producir resultados estéticamente correctos pero a menudo carentes de la originalidad o la intención específica que un diseñador humano puede aportar.
En este contexto, las propias plataformas como YouTube ya están tomando medidas. Recientemente, han anunciado nuevas políticas para controlar el contenido generado íntegramente por IA y para desmonetizar vídeos de bajo esfuerzo, como las videoreacciones sin apenas aporte del creador. Estas directrices, que entraron en vigor recientemente, buscan preservar un ecosistema de contenido original y evitar que la plataforma se sature de producciones automatizadas y repetitivas.
La postura de Willyrex y la incógnita del futuro
A diferencia de MrBeast, Willyrex no se ha pronunciado extensamente sobre la polémica ni ha dado señales de retirar el producto. Una de las interpretaciones que circulan es que su rol ha evolucionado desde el de un creador de contenido puro al de un empresario con múltiples inversiones. Desde esta perspectiva, su modelo de negocio principal ya no dependería exclusivamente de su canal de YouTube, lo que podría hacerlo menos sensible a la opinión de la comunidad.
Mientras tanto, KiThumbs sigue disponible. El tiempo dirá si la herramienta logra encontrar su nicho de mercado entre los creadores que empiezan o aquellos con un volumen de publicación muy alto, o si, por el contrario, el rechazo de una parte importante de la comunidad y la creciente competencia de herramientas de IA más integradas, como las que ofrece el propio ChatGPT o Adobe Photoshop, limitan su impacto. La situación actual, en todo caso, sirve como un valioso termómetro de las tensiones, los miedos y las expectativas que la inteligencia artificial está generando en tiempo real en la sociedad digital.
